Antes de ascender al Padre, nuestro Señor y
Salvador nos prometió el gran don del Espíritu Santo. Si se lo pedimos, el
Espíritu Santo nos mostrará la verdad y nos hará recordar los pecados que
hayamos olvidado, para que los podamos confesar y ser limpiados de ellos. El
Espíritu nos revelará cualquier maldición que esté activa en nuestra vida, lo
único que tenemos que hacer es pedírselo.
“Pero
yo [Jesús] os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me
fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De
pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no
me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya
juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque
no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir. (Juan
16:7-13)
Son muchos los que nos preguntan: ¿Cómo puedo
saber de pecados de mi pasado que ya he olvidado?” La respuesta es sencilla:
Pídale al Espíritu Santo que se los recuerde. Pero todavía con mayor frecuencia
escuchamos la pregunta: “¿Cómo puedo saber si hay una maldición actuando en mi
vida?” Una vez más: Pídale al Espíritu Santo que se lo revele.
¿Está usted experimentando problemas en su
vida, en su familia o en su iglesia? Quizás la fuente de estos problemas sea
alguna maldición sin quebrantar. Ore y pídale al Espíritu Santo que le revele
cualquier maldición que pueda estar actuando en su vida, y Él con toda
seguridad lo hará.
Haga ahora mismo, por favor; una pausa para
orar. Pídale al Espíritu Santo que lo capacite para entender todo lo que lea en
este libro y las citas bíblicas aquí señaladas. La información que encontrará
en este libro podrá cambiar su vida para siempre.
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