Sabemos que no debemos adorar ídolos ni
divinidades diabólicas, pero rara vez pensamos en la cuestión de darles honra y
honor.
“Y a
causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e
incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron. (Jeremías 1:16)
No te
harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo
en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni
las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la
maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de
los que me aborrecen
(Éxodo 20:4,5)
Observe, por favor, que hay una diferencia
entre servir o adorar a una divinidad maligna, y reverenciarla. El acto de
inclinarse es un acto de reverenciar o de honrar. Hay otras maneras de dar
reverencia que muchos cristianos practican, sin darse cuenta de que están
violando este mandamiento.
¿Ha
visitado usted alguna vez Jerusalén? Muchos cristianos lo han hecho, y se han
sentido emocionados al ver los lugares por donde Jesús anduvo mientras estuvo
aquí en la tierra. Sin embargo, una parte frecuente del viaje es visitar la Cúpula de la Roca , la mezquita musulmana
en Jerusalén. Esta es una de las principales atracciones turísticas. Usted, que
ha visitado esta mezquita, deténgase y piense lo siguiente: ¿Qué fue lo primero
que tuvo que hacer al entrar a la mezquita? Correcto, se quitó los zapatos.
¿Por qué? Porque el quitarse el calzado es un acto de honrar a Alá, la divinidad demoníaca a la cual la Gran Mezquita está
dedicada.
La práctica de quitarse el calzado para dar
honra es una costumbre muy antigua. ¿Recuerda a Moisés en el desierto? La voz
que provino de la zarza ardiente dijo:
No te
acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra
santa es. (Éxodo 3:5)
Moisés se quitó sus sandalias como un acto de
honra y reverencia a Dios. El estar en la presencia de Dios hacía santa la
tierra que estaba pisando. Las mezquitas son consideradas como lugares santos
de Alá. Esta es la razón por la que se ordena a las personas quitarse el
calzado antes de entrar a la mezquita. ¡Si usted ha visitado una mezquita y se
ha quitado el calzado, es culpable de haber dado honrar a una divinidad
demoníaca!
Alá no es el Jehová Dios de los judíos. La
historia muestra con toda claridad que se trata de un demonio. La Kaaba original, que
consistía en un pequeño edificio de piedra en el patio de la Gran Mezquita de la Meca , estaba llena de muchos
ídolos, y Alá era uno de esos ídolos. Los que venían a la Kaaba adoraban muchos dioses
diferentes. Luego se presentó Mahoma y dijo que debían adorar a un solo dios; y
decidió que debía adorarse a Alá como el único dios verdadero. Después de esto
recibió las revelaciones que a la postre fueron escritas en el libro llamado
Corán. La Biblia
nos dice que todos los ídolos son demonios (1 Corintios 10:19,20). Así pues, Alá es un espíritu
maligno, no el único y verdadero Dios creador. Pero hay, además, una segunda
prueba que demuestra que Alá es un demonio y no el Dios verdadero: no reconoce
a Jesucristo como Dios, lo cual identifica a Alá con un demonio (1 Juan 4:1-3).
Esto es una abominación ante los ojos de Dios
y traerá una maldición sobre usted.
TESTIMONIO
Hace
algunos años, yo (Rebecca) caí en la trampa de dar honra a las deidades
satánicas mientras visitaba a Hawai para dar unas conferencias. Como bien saben
los que han visitado Hawai, la tradición allí es colocar una guirnalda de
flores alrededor del cuello de toda persona que llega a las islas. Si usted
visita estas hermosas islas, verá a muchos usando guirnaldas de hojas o flores
de la planta de ti. Cuando llegué a la iglesia la primera noche, dos
encantadoras niñitas (hijas del pastor) me trajeron alegremente dos guirnaldas
de flores que cada una había preparado. Las niñitas colocaron sus guirnaldas
alrededor de mi cuello como señal de bienvenida a la isla y a la iglesia. Yo
recibí con placer este presente, ya que amo las flores y pensaba que el
obsequio de las guirnaldas era una hermosa costumbre.
Sin
embargo, ¡esa noche fue una de las peores que he experimentado en toda mi vida!
Estaba desconcertada, tenía la mente ofuscada, y no podía hilvanar siquiera un
par de frases inteligibles. Por último, derrotada y humillada, tuve que parar
la conferencia. Me daba cuenta de que estaba bajo un formidable ataque
demoníaco, pero no podía entender por qué me era imposible reprender a los
demonios que me estaban atacando con tanto poder.
Más tarde
esa noche, mientras caminaba en mi habitación, llorando y pidiendo al Señor que
me mostrara la razón de mi derrota, el Espíritu Santo me habló y me ordenó que
pasara la mañana siguiente en la biblioteca pública principal de Honolulu estudiando
acerca de las costumbres de las islas, de sus dioses y, más específicamente, de
la guirnalda.
Mientras
estudiaba la historia local, me horrorizó saber que la costumbre de ponerse
guirnaldas proviene directamente de la adoración a las divinidades diabólicas
de las islas. La población original de las islas hacía guirnaldas y las
colocaba alrededor de las estatuas de sus dioses para que ellos les fueran
propicios, esperando así evitar sus exigencias de sacrificios humanos. También
se ponían las guirnaldas como señal de honra y reverencia a sus dioses para
mantener una buena relación con ellos, o sea, para asegurarse de tener buena
suerte. A los que visitan las islas les son colocadas las guirnaldas con el
mismo propósito. En realidad, los dioses de las islas hawaianas son tan
poderosos que aun en esta época de tecnología moderna, no se construye ningún
edificio en las islas si antes no se trae un chamán nativo al sitio donde se
construirá el edificio, para que pida el consentimiento y la bendición de los
dioses en cuanto al proyecto.
Parte de
las costumbres de las islas es el uso de la planta de ti, que se considera la
favorita de los dioses. Casi todas las casas y edificios de Hawai tienen
sembrados plantas de ti a ambos lados de la entrada principal. Esto se hace con
el fin de asegurar el favor permanente de los dioses sobre los ocupantes.
Muchas personas de las islas, entre las cuales se cuentan las cristianas, usan
casi siempre guirnaldas hechas de hojas de ti. Esto es para lograr protección y
para asegurarse del favor continuo de los dioses. Y, por lo general, todo el
cuerpo de los bebés se frota con hojas de ti poco después de nacer para que
disfruten durante toda la vida del favor de los dioses de las islas.
¡Sin
saberlo, había dado honra a las deidades demoníacas de las islas hawaianas
cuando acepté que me colocaran las guirnaldas alrededor del cuello! Esto me
produjo una maldición y le dio a los espíritus malignos el derecho legal de
atacarme. ¡No es extraño, entonces, que no hubiera podido repeler sus ataques!
Sólo después de haberme arrepentido de mi pecado y de quebrantar la maldición
que este pecado trajo sobre mi vida, pude enseñar y ministrar sin ninguna
interferencia demoníaca.
Cuando comencé a enseñar los principios que
había aprendido de la historia de las islas, algunos de los cristianos se
molestaron mucho y me acusaron de tratar de quitarles su herencia cultural.
Tenemos que tener conciencia de que la mayor parte de la herencia mundana lleva
aparejada alguna forma de adoración a los demonios. Cuando aceptamos a
Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, renunciamos a esa herencia para
convertirnos en ciudadanos de un reino diferente y para ser coherederos con
Cristo. ¿Por qué; entonces, nos resulta tan difícil libéranos de nuestra herencia
mundana? Por las maldiciones y la cautividad demoníaca que esa herencia ha
traído a nuestra vida.
Hace poco, estábamos ministrando en las Islas
Vírgenes. Después de la conferencia sobre las maldiciones, una señora de la
iglesia habló con nosotros durante breves minutos. Ella está encargada de un
proyecto en la isla de St. Croix pagado por un aporte del gobierno federal, St.
Croix ha venido experimentando una depresión económica durante los últimos
años. La respuesta en las Islas Vírgenes a tal problema es el aumento de la
actividad turística. Alguien decidió que debían construir un gran museo que
sirviera de atracción a los turistas. Obtuvieron una donación del gobierno
federal para pagar el proyecto. El museo contiene objetos de las habitantes
originales de las islas del Caribe. Esta hermana está relacionada en el
proyecto de desenterrar reliquias dejadas por los indios mayas otros pueblos de
las islas. Casi todos los objetos que están sacando son ídolos, estatuas y
pinturas de los dioses que adoraban estos pueblos. Estos ídolos están siendo
cuidadosamente limpiados, restaurados y colocados en posiciones de honra donde
la gente paga dinero para contemplarlos. Están siendo puestos en un templo o
santuario: el museo. Estos proyectos de desenterrar y restaurar las culturas de
los pueblos antiguos gozan ahora de popularidad en muchas partes del mundo y
especialmente en el hemisferio occidental. Deténgase ahora, por favor, y piense
un momento: ¿Cuál es, en realidad, la característica distintiva o el corazón de
cualquier cultura? Su religión. Por eso, en todo el mundo, y en St. Croix en
particular, las antiguas deidades demoníacas están siendo desenterradas,
restauradas con sumo cuidado, y colocadas en una posición de honor, Y gastan
dinero para honrarlas los turistas que pagan por verlas. Hay, en esencia, muy
poca diferencia entre estas atracciones turísticas y los templos paganos.
Veamos un ejemplo bíblico en cuanto a
la diosa Diana:
Hubo por
aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero
llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca
ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo
oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;
pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia,
ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que
se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio
venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea
estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien
venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de
ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se
llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a
Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. (Hechos 19:23-29)
Como puede ver al leer este pasaje, hay
varias cosas en común con el museo que se está construyendo en St. Croix. En
primer lugar, hay ídolos considerados dioses. Luego, hay un edificio o templo
que contiene estas estatuas. Después, la gente paga dinero al entrar al templo
para ver los ídolos. Y, en último lugar, ganan mucho dinero los que hacen los
templecillos de Diana o, de acuerdo con las circunstancias modernas, los
regalos de recuerdo que las personas adquieren y llevan a sus casas después de
visitar el templo. El factor esencial de todo esto es el dinero. El tumulto en
Éfeso se debió a la posible pérdida de dinero. A pesar de nuestra moderna
tecnología y civilización no hemos cambiado mucho, ¿verdad?
Este actual interés por perpetuar las
religiones antiguas no es ningún accidente o coincidencia. Toda forma parte de
la tácita explosión del ocultismo que estamos presenciando en estos últimos
días en los que Satanás se mueve tratando de apoderarse del mundo.
¿Qué dice la Palabra de Dios en cuanto
a esta acometida para restaurar y perpetuar a las divinidades demoníacas? El
mejor lugar para encontrar la respuesta a esta cuestión está en lo dicho por
Dios a los hijos de Israel cuando se preparaban para entrar a Canaán. ¿Tenía
Dios algún interés en la preservación de la cultura de los primitivos
habitantes de Canaán? Observe lo que dicen los siguientes pasajes:
Y
consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu
ojo, ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo. (Deuteronomio 7:16)
Mas así
habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas,
y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
Deuteronomio 7:5
Él entregará sus reyes en tu mano, y tú
destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta
que los destruyas. Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no
codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en
ello, pues es abominación a Jehová tu Dios.
Deuteronomio
7:24,25
No
pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti,
diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la
impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti.
Deuteronomio 9:4
¡El destruir altares, quebrar estatuas,
destruir imágenes y quemar las esculturas de sus dioses con fuego no nos suena
a preservación de culturas antiguas, sino todo lo contrario! Observe, por
favor, que a los israelitas no sólo se les ordenó destruir a los reyes sino
además a borrar toda mención de estos nombres paganos de debajo del cielo (Deuteronomio 7:24). Esto significaba
extirparlos del registro histórico.
¿Por qué ordenó Dios todo esto? En primer
lugar, por la impiedad de los pueblos que estaban ocupados en la adoración a
las deidades demoníacas (Deuteronomio 9:4). En segundo lugar, para evitar
que el pueblo de Dios cayera en la trampa de honrar a estas divinidades, y que
a la larga llegaran a adorarlas.
Mas si
llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y
les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de
cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros,
así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.
Deuteronomio 8:19,20
Estos versículos son apenas unos pocos de los
muchos que hay en la Biblia
que muestran con toda claridad que los esfuerzos de preservar y honrar a las
divinidades satánicas resultarán en la destrucción del pueblo de Dios. Hermano
y hermana: podemos asegurarles que el modo de pensar de Dios en cuanto a esto
no ha cambiado con el paso de los años. ¡Dios es un Dios celoso! Por lo tanto,
cuando provocamos la ira de Dios buscamos la destrucción.
Observemos, por favor, en el libro de Hechos.
Cuando el apóstol Pablo vino a la ciudad de Efeso, muchas de las personas allí
estaban muy relacionadas con la adoración a los demonios, pero aceptaron a
Jesucristo. ¿Trataron estas personas de preservar su religión o cultura original?
Leamos el relato:
“Y muchos
de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los
quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era
cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra
del Señor. (Hechos 19:18-20)
Los efesios destruyeron por completo las
cosas que tenían que ver con su adoración a las deidades malignas.
Seamos bien claros: ¡Dios odia cualquier cosa
que dé honor o adoración a los espíritus malignos!
Mientras ministrábamos en la isla de St.
Croix, les preguntamos a los cristianos si estaban al tanto del proyecto del
museo. La mayoría lo sabía. Tuvimos que decirles que si los creyentes de St.
Croix no se unían para protestar con gran vigor contra el proyecto y para hacer
todo lo posible por detenerlo, serían culpables de pecar contra Dios por
participar en la honra a divinidades satánicas y por violar precisamente todos
los principios que Dios ha dado en su Palabra para enfrentar a los ídolos. La
hermana que está trabajando en ese proyecto tiene ante sí la cuestión de
renunciar o no a su trabajo. ¿Continuará trabajando en un cargo que
precisamente da honra a deidades satánicas? No sabemos cuál será su
determinación. Oramos porque haga la correcta.
Otro aspecto de gran dificultad es el de los
indios norteamericanos. Muchas veces personas de ascendencia india me han
confrontado. Estas sienten que lo único que les da un sentimiento de valía e
identidad es su herencia. Una vez más, gran parte de la herencia es la
religión; una religión de adoración a divinidades malignas y de asociación con
espíritus demoníacos.
Hace poco, el gobierno de los Estados Unidos
concluyó un proyecto multimillonario en el estado de Washington. Fue construido
un inmenso complejo llamado El Centro Interpretativo, que contiene la historia
de los indios norteamericanos de esa región, con un énfasis principal en
Tsagalala, la divinidad demoniaca de los indios. Su nombre en español quiere
decir “La que vigila”. Esta divinidad se encuentra en todas partes de ese
territorio. Todas las tiendas de regalos tienen su rostro en casi todos los
objetos imaginables. La diosa había sido colocada en una posición de autoridad
sobre toda la región por los indios y ahora
también por el gobierno de los Estados
Unidos. Y El Centro Interpretativo es su templo.
Esta actividad en pro de la exaltación de la
herencia mundana se está convirtiendo ahora en una cuestión importante entre
los negros. En realidad, dentro del campo de la literatura cristiana, los
libros que tratan del tema de la herencia negra son numerosos. Hasta se puede
conseguir una Biblia en pro de los negros que dice que Jesús y todos sus
discípulos, así como todos los pueblos de la Biblia , eran negros. El texto tiene también mucha
jerga común al movimiento en favor de la herencia negra.
Le animo a pensar una vez más: Si usted es un
servidor de Jesucristo, ¿dónde está su ciudadanía? ¿Dónde está su herencia? No
hay color ni raza dentro de la herencia de Jesucristo. ¿Por qué tiene un
cristiano que aferrarse a una herencia que contiene adoración demoníaca y
glorificar esa herencia? Queridos hermanos, ¡no podemos tratar a Dios a la
ligera! Debemos considerarlo todo con toda solemnidad a la luz de la Palabra de Dios y discernir entre lo limpio y lo
no limpio (Ezequiel 44:23).
Creemos que el reino de Satanás está
fomentando con sumo cuidado el movimiento para resucitar y perpetuar las
antiguas religiones y la herencia mundana. En esto hay dos propósitos: Primero,
cuantos más ídolos demoníacos sean desenterrados y colocados en posiciones de
honor, el poder de dominar dado a los demonios aumentará. Las personas que
visitan estas llamadas atracciones turísticas están cayendo en la trampa de dar
honra a los demonios. Y este pecado da a los demonios el derecho legal de
ejercer una influencia poderosa en la vida de estas personas.
Además, creemos que estos proyectos forman
parte de un objetivo a largo alcance que busca demostrar que todas las
religiones conducen a Dios. Junto con libros tales como Embracing the Light
[Comprendiendo la luz], muy popular y de reciente aparición, estos proyectos se
hacen con el propósito de decir que todas las religiones conducen a Cristo. El
cristo al que estas personas se refieren no es el Jesús de Nazaret, el Dios
Todopoderoso, sino un falso cristo. Sabemos por las profecías bíblicas que
Satanás creará, al final, una sola religión mundial, buscando él mismo ser
adorado como Cristo. El diablo proclamará falsamente ser el único Dios creador.
El impresionante avance del ocultismo y del movimiento de la Nueva Era , junto con la
adoración de los espíritus demoníacos, y la asociación con ellos, es prueba de
que Satanás se está moviendo con gran rapidez para lograr el cumplimiento de
estas profecías.
Siguiendo modas demoníacas
Quizás nunca antes en la historia del mundo
las modas han tenido un efecto tan grande sobre la totalidad de la población.
Gracias a los sistemas de comunicación modernos, una moda puede literalmente
dar la vuelta al mundo en cuestión de semanas o meses.
No
seguirás a los muchos para hacer mal.
Éxodo 23:2
Amado,
no imites lo malo, sino lo bueno.
3 Juan 11
Los cristianos necesitan estar conscientes de
que la mayor parte de las modas tienen su origen en la hechicería. Muchas de
las modas han sido popularizadas por las estrellas de la música rock y por
Hollywood. Desafortunadamente, nuestra juventud, tanto la cristiana como la no
cristiana, está ávida de seguir toda nueva moda que surge.
Veamos lo que dice la Biblia en cuanto a ciertas modas en
particular:
No
comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos. No haréis
tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. Y no haréis
rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal
alguna. Yo Jehová. (Levítico 19:26-28)
Estos mandamientos de no afeitarse los lados
de la cabeza, ni cortarse la carne, ni tatuarse la piel, forman parte de una
lista contra las prácticas ocultistas. ¿Por qué razón? Porque en ese tiempo y a
través de toda la historia en muchas culturas diferentes, y hasta el día de
hoy, estas prácticas, que son en realidad demoníacas, se han realizado
ceremonialmente para dar honra al reino satánico.
A través
de los siglos, los hombres se han afeitado los lados de la cabeza y también se
han arreglado el cabello a los lados de la cabeza en forma de franjas, como
señal de fidelidad a un demonio particular que ellos adoran. En la Grecia y Roma antiguas, los
sacerdotes de Baco, el dios de la sensualidad, se dejaban el cabello un poco
más largo en la parte superior, y muy corto el cabello a los lados de la
cabeza, luego se afeitaban en forma de franjas a los lados de la misma. Usaban
este peinado como señal de su sacerdocio y como símbolo de su fidelidad a Baco.
Dé un vistazo a lo que le rodea. ¿Ve este
mismo peinado en los jóvenes de hoy? ¿Qué tipo de conducta caracteriza a estos
jóvenes?
Otro peinado popular entre los hombres y los
jóvenes es tener todo el cabello muy corto, dejando sólo un pequeño mechón de
cabello en medio de la parte posterior de la cabeza. Este pequeño mechón de
cabello largo se parece mucho a una cola, y muchos de los adolescentes de hoy
la llaman “cola de bobo”. Es un
nombre muy preciso para ella. En realidad, este estilo comenzó en Inglaterra
hace varios años, y se inició por unos cantantes de música rock que también
estaban relacionados con una agrupación de brujos llamado Wicca (contracción de
la palabra inglesa witcheraft que significa hechicería). La cola es en realidad
llamada “cola de chivo” y es señal
de fidelidad a Satanás, que con frecuencia es representado por el chivo.
Conversamos con frecuencia con muchos padres cristianos que no pueden entender
por qué sus muchachos, de ocho, nueve o diez años de edad, se vuelven de repente
en unos rebeldes. Si el muchacho usa una cola de chivo, podemos identificar el
comienzo de su rebelión desde el mismo momento en que comenzó a usar este tipo
de peinado. Muchos artículos de ropa y joyería tienen diseños, dibujos y
símbolos ocultistas en ellos. Los espíritus malignos pueden asociarse
legalmente a estos artículos. Y todo el que los utilice está bajo una
maldición. Observe las camisetas que usa el adolescente promedio. Estas tienen
dibujos de diversas bandas de rock, todas ellas ocultistas. No es extraño que
en las actividades de muchos grupos musicales, tantos cristianos como
seculares, las autoridades hayan tenido que prohibir a los jóvenes el uso de
estas camisetas por el enfrentamiento contra el orden que generan.
En Levítico
19:28, Dios nos ordena de manera específica no tatuamos ni hacernos marcas
o cortaduras en la carne. Por muchos años hemos observado que casi todos los
están relacionados de alguna manera en el ocultismo tienen marcas o tatuajes de
algún tipo. ¡Es que a los demonios les encanta tener a sus servidores marcados
de alguna forma! Con frecuencia nos preguntan qué deben hacer las personas con
estas marcas y tatuajes después que aceptan a Jesucristo. Por desgracia, las
marcas son permanentes.
¡Alabado sea Dios, porque Jesucristo hizo
provisión para este problema en la cruz! Si usted tiene un tatuaje o alguna
marca, todo lo que tiene que hacer es pedirle a Dios que lo perdone y que lo
limpie del pecado de haberlo recibido. Cubra después el tatuaje con aceite y
ordene que cualquier maldición asociada con él sea rota en ese mismo instante y
que todos los demonios huyan en el nombre de Jesucristo.
Si el tatuaje es un símbolo ocultista o algo
obsceno que le produce vergüenza, le sugerimos que busque a un especialista en
tatuajes que utilice agujas esterilizadas y que cubra el tatuaje con un solo
color para que el diseño original no se pueda distinguir. Esto se debe hacer
cuando se trate de símbolos ocultistas o dibujos hechos con el propósito
específico de ser utilizados en la adoración a espíritus malignos.
Adoramos a un Dios que se complace con la
diversidad, y que de ninguna manera desea que los cristianos lleven puesto un
uniforme. Sin embargo, debemos tener sumo cuidado en esto de no seguir la
última moda. Recuerde que Satanás es el dios de este mundo, y que las modas son
modas porque gozan de la popularidad del mundo. Todo lo que tenga que ver con
Jesucristo jamás será popular en el mundo.
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