Para empezar daremos un vistazo general alas
distintas clases de maldiciones. Luego las consideraremos una en una en
detalle. Estudiaremos estas tres clases de maldiciones:
• Maldiciones enviadas por Dios.
• Maldiciones enviadas por Satanás o sus servidores con el derecho
legal de maldecir.
•
Maldiciones enviadas por Satanás o sus servidores sin el derecho legal de
maldecir.
Las primeras dos clases de maldiciones se
pueden quebrantar sólo después que haya arrepentimiento por los pecados
responsables de causarlas. La tercera clase se puede romper con suma facilidad
en el nombre de Jesucristo.
Propósitos de las maldiciones
Los dos propósitos de las maldiciones
son:
• Las
enviadas por Satanás o sus servidores tienen siempre el propósito de causar
perjuicio, pérdida, destrucción y (con frecuencia) la muerte.
• Las
enviadas por Dios tienen el propósito de llamar la atención de la persona
para que se aparte de mal camino, se vuelva a Dios, y purifique su vida. Pero
si la persona no responde a esto, será destruida y por último, recibirá el
castigo de la muerte.
Los que intervienen en las maldiciones
¿Quiénes intervienen en una maldición? Las
maldiciones de Satanás y de sus servidores se relacionan siempre con espíritus
malignos. Cuando se coloca una maldición, los espíritus malignos son enviados a
una persona determinada, o a una familia, con un propósito específico. La
maldición es el mecanismo de envío, y los espíritus malignos se encargan del
cumplimiento de la maldición.
Las maldiciones por parte de Dios consisten
de varias cosas diferentes. A veces, una maldición enviada por Dios es un daño
o una destrucción directos a través de cosas tales como una catástrofe
atmosférica, enfermedades, falta de fertilidad y el colapso económico. Pero a
veces, Dios da a Satanás el derecho legal de enviar demonios contra las
personas para dañarlas y destruirlas. Otras veces, Dios puede hacer que
personas, servidoras de Satanás, conquisten y destruyan, como es el caso de los
ejércitos invasores de otras naciones.
Fuentes o causas de las maldiciones
Hay varias fuentes de maldiciones.
Examinaremos las siguientes causas de maldiciones:
• La herencia:
• Los pecados de los antepasados.
• Los juramentos no cumplidos a Satanás.
• La
aceptación por parte de los antepasados de maldiciones sobra la vida de sus descendientes.
• El continuar en los pecados de los
antepasados.
• La relación con cosas inmundas e impías:
• Traer objetos maldecidos a la casa o al
trabajo.
• Manipular cosas inmundas.
• Dar honor a divinidades malignas.
• Seguir modas demoníacas.
• La violación de derechos territoriales:
• Tocar territorio de Satanás.
• Enfrentarse a Satanás sin antes ser
autorizado específicamente por Dios.
• Vivir en un lugar inmundo o maldecido.
• Vivir en una vivienda inmunda o maldecida.
• La celebración de ritos demoníacos:
• Por medio de dibujos ocultistas.
• A través de la esfera de los espíritus
directamente.
• Por medio del uso de objetos personales.
• Por el apego a animales y mascotas.
• A través de regalos que han sido
maldecidos.
• Distintas situaciones y acciones:
• Por ridiculizar a Satanás.
• Por participar de comida sacrificada a los
ídolos.
• Por medio del odio, la envidia y las
palabras hirientes.
• Por circunstancias fuera de nuestro control
• Por incumplidas promesas hechas a Dios.
Con frecuencia le damos a Satanás el derecho
legal de atacamos porque nosotros, consciente o inconscientemente, nos
relacionamos con situaciones que le abren la puerta para que él entre. La
mayoría de las maldiciones se originan así. Sólo si ese derecho legal es
quitado a través del arrepentimiento y la limpieza, podremos romper una
maldición.
Antes que consideremos en detalle cómo
quebrantar las maldiciones, le mostraré cómo es que podemos dar a Satanás el
derecho legal de atacamos y colocar maldiciones contra nuestra vida.
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